un suspiro
Una fúnebre rosa bañada en el tiempo
hace nido de espinas al lado de una tumba fria
la osamenta recibe en sus huesos la lluvia taciturna
una humeda caricia a los huesos mortuorios
II
Mi canción de soledad no alcanza el oído angelico
solo se pierde su eco en una tibia andanza de mis pasos
y la noche solloza mi dolor sin beber de mis humedas mejillas
es la sombra callada de mi crepuscular herida
III
Tu melódica risa iluminó mi calabozo de viento
y ahora distante solo los cuervos hermosos me cantan
musitando blasfemias su nunca mas me tortura
me envuelve la noche y su infinita calidez me calcina
IV
Ahora en soledad infinita intento contar las estrellas
y colmar con mis manos de abrazos mis hombros
una cruz espinada se cierne en mi cabeza
solo el ocaso se lleva con el la canción de mis lamentos
V
Una fantasía infinita en mi noche triste
mi deseo de amor lastimado por la marcha del tiempo
la esperanza se ha muerto como la luz de mis velas
mi rosa marchita se quedará en soledad
y mis labios resecos sangrarán cada noche
susurrando un poema triste a la noche vagabunda
Alvaro Conchas
hace nido de espinas al lado de una tumba fria
la osamenta recibe en sus huesos la lluvia taciturna
una humeda caricia a los huesos mortuorios
II
Mi canción de soledad no alcanza el oído angelico
solo se pierde su eco en una tibia andanza de mis pasos
y la noche solloza mi dolor sin beber de mis humedas mejillas
es la sombra callada de mi crepuscular herida
III
Tu melódica risa iluminó mi calabozo de viento
y ahora distante solo los cuervos hermosos me cantan
musitando blasfemias su nunca mas me tortura
me envuelve la noche y su infinita calidez me calcina
IV
Ahora en soledad infinita intento contar las estrellas
y colmar con mis manos de abrazos mis hombros
una cruz espinada se cierne en mi cabeza
solo el ocaso se lleva con el la canción de mis lamentos
V
Una fantasía infinita en mi noche triste
mi deseo de amor lastimado por la marcha del tiempo
la esperanza se ha muerto como la luz de mis velas
mi rosa marchita se quedará en soledad
y mis labios resecos sangrarán cada noche
susurrando un poema triste a la noche vagabunda
Alvaro Conchas
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