Aroma de amor


Cansando tome el camino mas largo a casa, no recuerdo si era cansancio o más bien el desgano de llegar a mi habitación para encerrarme y no dormir. Con la  mirada clavada en el piso, me perdía entre mis pensamientos. Fue en  una esquina donde los olores de los restaurantes penetraban en la nariz con la furia del oleaje de mar, estornude con malestar por tan penetrante olores, al momento que me libre de mi malestar nasal, un olor sobresalió de todos. Aroma dulce, fragancia exquisita, elixir olfativo, esencia afrodisíaca  todo esa emanación tenía que venir de alguien:  una mujer. No era un perfume cualquiera de las tiendas,  no, este era el perfume de ella, el de su cuerpo, así olía ella.
Tal perro de caza intente localizarla, mis atrevimientos para olfatear a las damas por la calle asusto a mas de una; es que solo un loco va por la vía publica acercando las narices a cuanta mujer se encuentra a su paso. Falle, no pude encontrar el origen de tan bella aroma. Camine aun mas con lentitud, con los brazos tirados a los lados, con la cara encajada en el pecho, derrotado por no encontrarla.
Ya en casa la cena era insípida, aquella fragancia atormentaba en mi memoria, me endemoniaba no poder ponerle un rostro, un nombre a aquel aroma. Me derrumbe en la cama sin pensar en un futuro, mas debo confesar que el olor se quedo impregnado en mis narices y dormí plácidamente, lo que en noches pasadas no pude hacer.
Al amanecer la sonrisa dibujaba mi rostro, desperté con toda la intención de encontrar a la dueña de aquella fragancia; hasta donde llego tal decisión que llame al trabajo para reportarme enfermo, escuche la sorpresa en la voz de la recepcionista, 10 años y nunca me había reportado enfermo. 
Es increíble lo que uno puede encontrar en el Internet  es preocupante que con el simple hecho de teclear unas palabras en el buscador puedes encontrar casi cualquier cosa, metí mi cabeza a una olla con sales para aumentar mi percepción olfativa y poder identificar cada olor, se dice que la nariz puede recordar mas de 10 000 aromas diferentes.
Me plante en la esquina con la intención de absorber cada olor que me pudiera ofrecer ese pequeño lugar, todos los olores me llegaban a mi, como un golpe certero de boxeador, remataban a mi nariz todos aquellos olores, pero ninguno era el que necesitaba percibir, ninguno era aquella aroma que tanto necesitaba ponerle nombre, que deseaba tener.
Mire mi reloj,5 minutos para la hora de ayer donde había encontrado aquel perfume, soné mi nariz para liberarla de todo aroma pasado.  Fue la espera mas larga de mi vida; 6 en punto. 6:10, nada, ni una pista de aquel perfume de mujer que me había arrebatado el sueño.  Me sentí una vez mas derrotado, decepcionado quizás aquella vez solo fue de paso aquella chica y nunca la podre conocer, camine a casa y aquella escena mía era el ver  a la tristeza andando por las calles de la ciudad.  Oh! No podía existir un cliché mas grande que empezara a llover, tan solo me pare ahí y deje que lluvia mojara todo mi cuerpo, de repente el aroma pasó aun lado de mí. El perfume había regresado, ella estaba aquí , la lluvia mataba su aroma pero también resucitaba olores viejos todo aquello mataba de nuevo su perfume, esta vez intente correr mas rápido, podía aun percibir ligeramente su perfume, aquel que no era comercial si no el de su cuerpo. Lo perseguí hasta un puente y después la multitud de todos aquellos que salen de trabajar y no en busca del amor me retrasaron haciéndome perder de nuevo el rastro.
Semanas dure reportándome enfermo, para ser honesto fueron dos. Dos semanas de fracaso las cuales nunca encontré aquella aroma, hubo días que podía atrapar el olor , otros en los cuales no se aparecía el olor, al fina ya no supe si busca su perfume por amor u obsesión, pero que no al final del día llegan a ser lo mismo. Me sentía desolado, decidí regresar a trabajar.
La semana paso rápida, el fin de semana llego mas pronto de lo que esperaba, no deseaba que llegara, creo que era el miedo de estar solo ,sin encontrar  nada que hacer  y la idea de volver a buscar el perfume de ella se volviera a implantar en mi cabeza, no podía  volver a pasar por aquello.
Extrañamente acepte salir con unos viejos amigos a los cuales les  huía todo el tiempo. Entre a aquel viejo bar que tantas veces cobijo nuestras noches de embriaguez, los tragos vinieron las risas les siguieron, y aquel Yo que duro obsesionado dos semanas por la esencia de una mujer había desaparecido, solo era Yo relajándome.
La puerta del bar se abrió, el aroma de golpe invadió toda la habitación, el perfume, la esencia, la fragancia de la piel de  esa mujer ahí estaba a escasos metros de mi, absorbí todo  aroma, embriagué mi nariz  con una sola inhalada. Ahí estaba ella, sonriente, bella, hermosa diría yo, por un momento sentí que me miraba fijamente  y era a mi al que sonreía, por mas que deseara que esta historia terminara en un final feliz para mi, lamentablemente la vida no es así.  Corrió a los brazos del hombre que estaba en la mesa de atrás, lo beso apasionadamente y vi como aquel suertudo hombre aspiraba el olor de su pelo y piel.
Sonreí y brinde con mis amigos por el amor, tal vez me miraron con extrañeza pero todos secundaron mi brindis. Por el amor grito un amigo y todo el bar levanto la copa, incluso aquella mujer del aroma perfecto me voltio a ver e hizo el gesto del brindis, por el amor susurre, algún día  se que llegara mi aroma.

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