Labial Rojo
Fumo, mientras te espero, en aquella
mesa sucia, el día ha sido largo y el rímel se esta corriendo, cruzo mis
piernas y la falda se sube un poco, el hombre del otro lado de la esquina se
sonroja porque lo he visto mirarme. Fumo de nuevo dejando la marca de mis
labios rojos en aquel cigarrillo blanco. Me sirvo una copa más y espero
pacientemente, nunca has llegado tarde, me imagino que has de tener una buena
razón.
Voy terminando aquel cigarro y
mecánicamente prendo otro, el placer en lo inevitable de la muerte.
Me pinto los labios de nuevo, recuerda
que son rojos. Son varias copas, que entre una y otras no apareces. He perdido
la cuenta de cuantas copas y cigarrillos he dejado marcados de aquel labial rojo. Donde mi única intención era dejar marcas en ti. Voy despacio al baño,
tomó una servilleta y dejó marcado un beso en ella, una perfecta figura de mis
labios, que desperdicio me digo. Conservo la servilleta, para que alguien más
no la tome. Llegó a mi mesa y aun no estas ahí, dejo la servilleta a un lado
del cenicero , mi reino del labial rojo crece; dejando mi marca en cigarros,
copas, servilletas pero aun, no en ti.
Pido otra copa, otra y otra, ni
siquiera siento el calor del alcohol en mis mejillas, tan solo bebo sin notar
el tiempo. Busco la cajetilla de cigarros y sólo queda uno, recuerdo haberla
comprado esta misma tarde, he consumido cada uno de ellos en tu espera, vaciló
en tomarlo, pero me doy cuenta que el lugar se encuentra vacío. Así que lo
tomó, y antes de prenderlo ya no se si por manía o respeto por ser el último,
tomo el labial rojo y me pintó; para así después prender el último cigarro y
que mi reinó del labial rojo cobre su última víctima. Dejó el cigarro a medio
consumir en el cenicero , la servilleta con mis labios perfectos impresos en
ella, la copa sosteniendo a la servilleta. Todos juntos en armonía gobernados
por el rojo, tomó una foto que es casi perfecta, donde solo faltabas tú, siendo
sellado por mi labial rojo.
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