Un costal

Llego a casa con el odio a todo lo que da, pensé,  que esto lo reduciría, decidí volver a tomar el viejo hábito de golpear un costal. Tome los guantes, los apreté a mi puño y empecé a tirar el clásico uno,dos,tres. Notaba que entre mas logolpeabaa, mas y mas fuerte le daba, mi coraje iba en aumento.

Todas las frustraciones del dinero, recién terminar una relación, estar sumido en un agujero y no ver salida, golpe tras golpe deseaba terminar con cada uno de esos demonios. Deseaba golpear a la vida, golpear a alguien por todo esto que me estaba pasando. No deje de golpear por varios meses y nada había cambiado, el enojo no había cesado, al contrario ya era una irá incontrolable. Un dia malo, realmente esos días pésimos que un cañón de pistola es más tentador que una taza de café. Sin guantes, sin protección, a puño limpio , comencé a golpear fuerte tan fuerte que los nudillos sangraron, la muñeca se quebró ,pero ni el dolor me detuvo  mientras seguía golpeando, todos los pensamientos comenzaron a saltar a mi mente . la falta de dinero, ella rindiendose de mi, el agujero que me encontraba,  vi mi estúpida cara de rendición.

Fue en ese momento que me di cuenta que nunca estuve golpeando el costal, al que de verdad quería golpear era a mi mismo, deseaba partirme la cara a la mitad, era a mi quien deseaba golpear hasta el cansancio,era a mi, solamente a mi.

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