Fuera del tiempo...

Fuera del tiempo. Fuera del espacio. Fuera de si mismo.
La mente fragmentada de aquel hombre no ha encontrado su lugar en su ser. Se encuentra perdido, mirando la nada. Ha encontrado placer en el silencio, ni un murmullo ha emitido. Cualquiera diría que ha muerto sentado en la banca del parque, pero noto como ligeramente se hincha su pecho y después se baja.
Ensimismado e inerte ha estado pasando las horas. Me ha cautivado el saber que es lo que esta pensando. Todo su aspecto nos indica un loco, un hombre agobiado por la locura, lo se, porque los he visto en la tele: pelo largo, barba descuidada, completamente desaliñado.
La imagen de aquel hombre pudo ser Jesucristo.
Se mueve un poco y me quedo a la expectativa de que hará. Me tiene al borde de la silla como si presenciara el acto final de una obra teatral.
Respira, mueve un poco la cabeza.
Sus labios quedan cerrados. Aun el silencio reina.
Lo sigo soportando un poco más. La gente que camina por el parque ni siquiera lo nota, su presencia no existe en el mundo.
Pero aun así, su mirada profunda y penetrante, que observa mas halla de lo que tiene enfrente me perturba, me altera que en su mente existan los pensamientos más extraños e interesantes que alguien pueda tener en esta época.
¿Qué estará pensando? ¿Algún secreto de la vida, o simplemente un par de pensamientos ingeniosos y sofisticados?
No soporto más su silencio (o el mío).
Necesito saber que hay dentro de el, necesito salir, cruzar la calle; arrancarle una palabra, un sonido, robarle un pensamiento. Deseo saber que cruza por su mente.
He empezado a sudar, la ansiedad me mata, no se lo que hace o siente.
Tomo las llaves, bajos las escaleras.
Llego a la acera e intento cruzar a toda prisa la calle, el claxon de un carro que pasa rozándome me desconcierta, no importa, esquivo los carros.
Llego al parque, en la banca no hay nadie, vacía.
Tomo asiento y me quedo esperando.
Pasan las horas y ahí me encuentro inerte.
Me muevo un poco y veo al otro lado de la calle que alguien me mira.
Sentado al borde de su silla.